13.9.05

Que me palpen de armas

El domingo por la tarde, entre lamento y lamento provocado por la resaca, escuché un texto recitado, acompañado a la guitarra y teclados por Lito Vitale. Lo busqué por internet, y aquí os lo pongo, me gustó mucho. Al parecer es de un actor argentino llamado Oscar Martínez.


Creo en el amor como en la experiencia más maravillosa de la existencia y como generador de toda clase de alegría; y en el amor correspondido como en la felicidad misma. Pero no fui educado para él, ni para la felicidad, ni para el placer. Porque fui advertido malamente contra la entrega y el gozoso abandono que supone.

Cada día, entonces, todavía, es una ardua conquista, una transgresión, una desobediencia debida a mí mismo, una porfía. La laboriosa tarea de desaprender lo aprendido, el desacato a aquel mandato primario y fatal, aquel dictamen según el cual se gana o se pierde, se ama o se es amado, se mata o se muere.

La vida, por lo tanto, no me ha endurecido. Ese sea tal vez mi mayor logro. Que me palpen de armas. Dejo a un lado, si es que alguna tuve o me queda, toda arma que sirva para volverse temible, para someter, para acumular, para ser poderoso, para triunfar en un mundo de mano armada en el que la felicidad se compra con tarjeta de crédito.

No quiero que la lucidez me cueste la alegría ni que la alegría suponga la negación o la ceguera. Pero no me es fácil. Me cuesta vivir a contratiempo, con la sensación de ser testigo de un desatino histórico gigantesco, de un extravío descomunal, tan irracional, absurdo o desolador como la bomba de neutrones. No entiendo al mundo. Me parece, como dice Serrat, que ha caído en manos de unos locos con carnet. Me siento ajeno a la debacle pero en medio de ella.

Mi vida es apenas un instante en el océano del tiempo y es como si quisiera que ese instante fuera sereno y hondo en medio de una ensordecedora discoteca o de un holocausto definitivo siempre a punto de estallar. Me desazona la banalización de la vida, la ostentación, la deshumanización salvaje de los poderosos, la aceptación y el elogio del "sálvese quien pueda", la práctica y la prédica del desamor y de la histeria. Me descorazona la idiotez colectiva, la idealización de lo superfluo, el asesinato de la inocencia, el descuido suicida de lo poco que merecería nuestro mayor esmero, el desconocimiento o el olvido de nuestra propia condición.

Me conmovió no hace mucho que el cosmólogo Sagan, en un artículo extenso, escrito como desde un punto perdido en el infinito del espacio, desde el cual el mundo se observa como una bolita cachuza, terminara diciéndonos: "besen a sus hijos". Escuchemos a esos hombres; sigámoslos, leamos a los poetas; no permitamos que el misterio de la existencia deje de estremecernos cada día, porque es el costo más alto que podemos pagar por nuestra necedad y nuestra omnipotencia.

La vida de un árbol merece nuestra devoción y nuestro más grande regocijo. Al amparo gozoso de su sombra, acariciados por la tibieza de la luz del sol y abrumados por el sonido mágico e irrepetible de su follaje mecido por la mano invisible del viento, estaremos a salvo de la alienación y de la orfandad; siempre y cuando seamos capaces de apreciar esa gloria, mientras nos sea posible, y de reconocer en ella nuestra mayor riqueza.

Que la muerte no nos hiera en vida, que la ferocidad no nos pueda el alma, que nada troque nuestra dicha de estar despiertos, que una caricia nos atraviese como una flecha jubilosa y radiante. Besemos a los que amamos, amémosnos.

(Óscar Martínez)

3 comentarios:

pedro finch_ dijo...

Ah...! Que me palpen a mi tb.

Me ha llamado la atención la referencia a Carl Sagan. Me encantó, cuando chico, la serie Cosmos que él llevaba.
Me encantaba como era capaz de desvelar la poesía de la ciencia, como se puede apreciar la belleza en la naturaleza intentar entenderla y ver que es aun más bella.
Ver la inmensidad, sentirse pequeños pero sentirse gozosos de ser capaces de poder apreciarlo.

Como decía él, o pensé yo entonces cuando lo vi, 'Somos polvo de estrellas, pero polvo de estrellas que sueña con las estrellas'

PATRICIA P. dijo...

a mi tambien me conmovio el tema de lito vitale y oscar martinez, no se podia esperar menos de dos potencias como son ellos...

http://entreamoresydesencuentros.blogspot.com/index.html

M007 dijo...

Son bellisimas las palabras de O. Martinez...es de una novela que se trasmitio en Argentina hace ya unos años y se llamaba "de poeta y de loco".
expresa todo el dolor de una epoca de miseria,privada de libertad de expresion q sufrio mi pais en la decada del '70...y como todo gobierno de facto,dejo no solo un saldo de niles de desaparecidos,una increible fuga de cerebros y de talentos artisticos,sino tambien a nosotros...nietos de la barbarie,q heredamos el silencio y el miedo.
habla de la manera de amar a traves de una educacion desde la vida y la libertad,habla de romper con los viejos miedos,porque ahora no existen los "subersivos",existen los profesionales q "no se meten en problemas"...habla de "nuestra mayor riqueza",q es no dejar morir las ideas en el silencio.