17.2.08

Love hurts inside

Desde el principio, permaneció petrificado, con la vista perdida y los oídos sordos; días, noches, semanas, meses... el amor que circulaba por cada centímetro de su cuerpo se había esfumado, y la vida también se fue secando en él. La eterna quietud dejó sus miembros obsoletos: unos se anclaron a la tierra, su brazo izquierdo se mantuvo alzado (como rogando por última vez al amor que no se marchase), y su brazo derecho simplemente se desgarró y cayó de su hombro.

Ya no sentía el frío, ni el calor, ni la lluvia, ni el viento, que sin embargo dejaban serias huellas en su exterior, de las que ni siquiera se percataba. Ya no sentía nada en su piel, no parecía saber nada de cuanto acontecía en el mundo... sólo en su interior parecía haber algún asomo de... de qué?

Un reguero de putrefacción resbaló desde el lugar en que un día estuviera su corazón. En su estómago, donde borbotearon las mariposas llenas de ilusión, ahora solamente golpeaba el eco de una voz dibujando un nombre... el de ella...


Los sauces lloraban cada amanecer, al comprender la tragedia de aquel compañero solitario en el parque...


(TEE7H1NG - 16/02/2008)