16.3.07

La caída de Ángel

Pies descalzos y pisadas frías, leves como el silencio, en las primeras horas de la noche. Su mirada perdida en los ojos de la multitud. Sólo oye ruido entre miles de palabras huecas sin sentido ni verdad, pero no escucha nada. Avanza entre las sombras, intentando en vano que nadie perciba su miedo... ¿hacia dónde te diriges, Ángel? Se detiene, suspira, y clava sus rodillas en el suelo.

Aquellas imágenes vuelven a golpear su cabeza: violencia, disparos, risas, sangre, mofa... su única misión era protegerlo, y aquella lacra le arrebató la vida en un instante. Ángel no lograba comprender nada. Disponían de la Libertad, la Creatividad, la Inteligencia, la Capacidad, y el Corazón para construir mundo y vida... y sin embargo aquellos seres se empecinaban en despreciar su esencia y ensalzar la derrota... cobardes sin sueños, dementes sin ilusión...

Egoísmo, mentira, polución, destrucción, avaricia, vanidad, poder, venganza, supremacía, mediocridad, engaño, racismo, sexismo, hipocresía, maldad, estupidez extrema... ¿Cómo es posible? ¿Por qué lo hacen?... Ángel siente una dura convulsión en su energía, acaba de encontrar algo. Lo había intuido un tiempo atrás, y el último suceso había provocado una reacción en cadena dentro de su etéreo entramado; ellos lo emitían continuamente, y ese odio lo estaba contaminando. Su natural sentido de la Justicia había entrado en conflicto con él, y ahora aquella idea se estaba materializando en forma de sentimiento. Sabía que no podía contenerlo, ya era tarde, y algo iba a ocurrir aquella misma noche...

Ojos en blanco, la negrura se transmite al exterior. Tiembla la atmósfera, sus alas se convierten en ceniza, y su silueta se desdibuja. Un grito de desesperación se ahoga en su mente difusa y lucha por liberarse. Su propia tensión acelera las partículas en los átomos y comienza a desintegrarse la realidad en torno a él. Ángel pierde su nombre... y el innombrable declara la guerra a la Humanidad...


...es el fin de todo principio, y sin esos principios acontecerá el final.


(TEE7H1NG - 15/03/2007)

13.3.07

El Portal Eterno

El Portal Eterno
hay un portal eterno
donde el Tiempo no se asoma por miedo a desequilibrar el filo del abismo.

hay un portal eterno
donde el viEnto es incapaz de guiar la veleta, que siempre apunta hacia las horas más tristes para alejarlas del sueño.

hay un portal eterno
en cuyo patio sólo se oye el eco de las gotas de lluvia en la mañana más soleada, y los latidos del corazón del amante Que lloró a su primer amor.

hay un portal eterno
donde la lUna caza ratones, y los gatos componen canciones de invierno, embriagados y trastornados.

hay un portal eterno
sin sol y sin flor y sin cuna, pero con cuatro sIllas que comparten cuatro astillas.

hay un portal eterno
con sEntimiento de fandango y presencia de vagabundo, para poder albergar al honesto y al truhán, al pobre y al banquero, al señor y al bandolero.

hay un portal eterno
con síndrome de abstinencia, amnesia, hipertensión y algo testarudo, pero con sangre puRa en sus cañerías y en su azotea un manantial fresco de ideas.


te espero en este portal eterno
puedes tomar de mí para ti la vida, y sólo te pido a cambio que me cuentes una histOria.




(TEE7H1NG - 08/03/2007)

9.3.07

Unas horas antes del eclipse...

Ya nos han mostrado Mendi y Bart el eclipse en todo su esplendor, y el sr. Finch_ nos ha relatado el día anterior... yo os voy a contar lo que sucedió unas horas antes...



Ella se sentía importante y quería decírselo al mundo. A plena luz del día, mientras el Sol empezaba a mirar al horizonte de poniente, Ella se puso su capa más lujosa y salió a dar una vuelta. Planeó sobre el mar, alzándose en el cielo majestuosa, confiada, descarada y maternal, todo a la vez. Se sentía emocionada. Paseó en silencio, con una sonrisa picarona, sabiéndose centro de todas las miradas. Hasta que el señor Sol se marchó y ella se acomodó en su propia casa, sobre la alfombra oscura salpicada de pequeños brillantes, en la noche. Fue cuando reflexionó, y revisó lo que acababa de hacer, y se sintió extraña, y se ruborizó, y cubrió su rostro, poco a poco, con su velo rojo. Se mantuvo así, tratando de ser invisible, aunque consciente de que seguía siendo la misma hechicera mágica que nos asombra cada noche. Recuperó su confianza, soltó una carcajada, divertida, pensando en su atrevimiento espontáneo de esa tarde, y volvió a brillar luminosa en la madrugada.

Yo te contemplé, Luna, unas horas antes... y te recordé más allá de los sueños.