6.2.11

Cosas que nunca te dije...


Son tantas, tantas cosas que contarte... y son tan pocas las palabras disponibles para intentar expresar todo aquello que habita en mi recuerdo...

Siempre pensaste que yo era de sueño fácil porque me iba a dormir antes que tú. Me encantaba esperar despierto, y hacerme el dormido cuando tú llegabas a la habitación... dejaba mis ojos entreabiertos y miraba como te desnudabas a los pies de la cama. Después me besabas en la mejilla y me acariciabas el cabello...

¡Y cómo odiaba que dejases destapado el tubo de pasta dental todas las mañanas! Desde que te fuiste, lo que no soportaba era mi manía de tenerlo todo en orden... nunca más tapé aquel tubo... pero tampoco era igual que cuando tú lo hacías.

Tenía siempre una excusa para no irnos nunca lejos, de viaje, al extranjero: que tenemos mucho trabajo, que es muy caro, que no es buena época, que quizás el próximo año... la verdad es que tenía pánico a volar... aunque creo que tú ya lo sabías y por eso te conformabas... desde entonces, he escrito tu nombre en un banco de algún parque de cada ciudad que he visitado... en los cinco continentes... estás en todas partes...

Nunca había venido aquí para verte... el simple hecho de imaginar tu tumba me hería como un puñal envenenado entre las costillas, y la tristeza me derrumbaba de inmediato. Hoy me han traído hasta ti unos amigos... pero no me siento triste, estoy contento... porque hoy mi alma volverá a abrazarte, hoy es un día especial, porque he venido a quedarme, aquí a tu lado... para toda la eternidad...

... te he extrañado tanto...