3.11.07

Cuatro odiosas esquinas


Cuántas veces maldije esas cuatro odiosas esquinas, las mismas cuatro en las que se perdieron las voces de trece sueños. Trece niños lanzaron su último canto, dejando escapar sus almas en busca de la inocencia que ya habían dejado de poseer. Se miraron entre ellos en silencio, luego alzaron su vista hacia la luz de los cielos y los rayos del primer sol que se colaban a través de las ventanas, tomaron sus pesadas armas y salieron chillando al laberinto de calles de la ciudad.

La brisa helada de Sierra Nevada selló el dolor de los que fueron desterrados... la Reina Mora conservó su cultura, su sabiduría y su razón... pues sólo el oro y la tierra interesaba a los invasores aquella mañana del 2 de enero de 1492...

(TEE7H1NG - 03/11/2007)