19.9.05

Buscando una idea...

Sigo dándole vueltas a la idea de ese yo que me observa desde el espejo y que cada mañana hace las veces de "la voz de mi conciencia". Y además, tiene toda la razón... debo apartar de mí cada día más ese egoísmo que hace que me preocupe en exceso por mis propios problemas, que a menudo son insignificantes.

Busco una visión más colectiva de lo que es la vida, una suma de razones, de ideas y de motivos. Hubo un tiempo en que odié esta vida por injusta, que grité el "pueblos del mundo extinguíos" de los Siniestro Total, y planté en mi mente la frase "el hombre es lobo para el hombre" de Hobbes. Pero las ideas son dinámicas, cambian con el tiempo, eso es el "panta reis", observar lo que te rodea y tratar de asimilarlo también desde un punto de vista que no es el tuyo. Hoy, a pesar de todo el dolor y todo el desprecio que nos rodea, creo en la vida, y creo en las personas. Hoy busco a esas personas que han logrado comprender, y que reinventan su "yo" continuamente, tratando de ubicarlo en un "nosotros". Y soy consciente de que esa condición no es eterna, y que una persona puede alcanzar ese punto de conciencia quizás una sola vez en la vida, pero su lucha sí es constante y permanece en sus corazones si sabemos escucharles.

Desde que somos críos, y dependiendo del lugar en el que nacemos y crecemos, somos educados de una determinada manera, somos animales de costumbres y tendemos a la comodidad, a que todo nos venga dado, por lo que no les cuesta trabajo amoldar nuestro carácter. Nos enseñan a tragar y yo quiero aprender a escupir a ese egoísmo y a esos muros que nos marcan el camino. Quiero ser inconformista, quiero ser consciente de cada uno de mis pasos (incluso de esos pasos que damos sin mirar, sólo por sentir la inseguridad y el miedo).

Cada vez soy más gruñón, y dentro de algunos años seré un viejo cascarrabias. En esos días, me gustaría echar la vista atrás y ver que nunca quise hacer las cosas porque siempre fueron así, y que mi vida no la viví sólo por mí, y que mi piel y mi mente fueron permeables a las sensaciones y las palabras de los miles de seres con los que nos cruzamos a diario. Quiero emocionarme con cada amanecer y cada atardecer, sabiendo que de ese día, podré guardar el recuerdo de algo significativo... aunque después, el deterioro del tiempo haga que esa idea se volatilice de mi cabeza.

El día que la muerte venga a buscarme, quiero que me encuentre como a ese inolvidable ser que fue Miguel Hernández: con su fusil cargado con palabras y flores, con la mirada inteligente, y el corazón abierto tanto al amor como a las balas, porque el miedo es un freno a nuestra vida y hay que vivirla intensamente...

(TEE7H1NG; 28/11/2004)

1 comentario:

Anónimo dijo...

"El día del Armagedón
no quiero estar tras la puerta,
sino soñando bien alerta,
donde esté a salvo de perdón."
Una frase de regalo, para quien ha hecho una hermosa flor llena de espinas....