10.10.05

¿Mantis?



Llegó un momento en que hubo que decidir cuál de los dos moriría para alimentar al otro. Ella se ofreció, y él aceptó. Ella le pidió un beso, y él cerró los ojos. Sin inmutarse, ella le clavó el puñal, maravillándose, mientras lo comía, de su inmensa estupidez.


(Espido Freire; "Cuentos malvados")

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