Luché rabioso en mitad de la oscuridad, con el alma en un puño y en el otro mi incertidumbre.
Grité locuras a los sabios vientos, con la voz rasgada y mi silencio como respuesta.
Violé impune las reglas del juego, con los ojos vendados y mi prisión como testigo.
La quería, sí... la quería...
Barrí mis cencizas hacia mi propio agujero... para tapar mis heridas, para cubrir mis errores, para enterrar ilusiones... para morir sin consuelo...
(TEE7H1NG - 22/04/2008)
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