El lobo sin cabeza se abalanzó sobre él, mostrando sus amenazantes caninos invisibles, terrorífico en su expresión e imparable en su ataque.No supo cómo esquivarlo, no tuvo tiempo de pensar, se quedó petrificado y sintió la desgarradora fuerza en toda su crudeza.
Todo fue muy rápido, espantosamente veloz, el horror hecho instante, un último pestañeo.
Había cerrado los ojos, intentando cubrirse, protegerse. Después quiso abrirlos y mirar a su alrededor, pero ya no pudo. Se quedó allí, sentado, sin saber qué hacer, y sin poder pensar, absolutamente en nada...
Desde entonces, la bestia tiene una mirada tierna y pacífica, se acerca a sus víctimas sin levantar sospecha, mata sin piedad y devora sin hambre.
El asesino con cara de cordero hace que en el rebaño desconfíen unos de otros. Ya nada es igual, la paz es artificial...
(TEE7H1NG - 02/10/2007)
1 comentario:
Muy interesante el blog.Es un placer leerte.
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